Se podría decir que se avecina una guerra, pero no, la guerra ya ha empezado y parece que va a durar bastantes años. Y se trata de nada más y nada menos que una guerra entre dos de los aparatos más utilizados de nuestra casa: el ordenador y el televisor. Una disputa por las horas que pasaremos enfrente de estos dos artilugios.
El televisor ha sido siempre el rey indiscutible del entretenimiento doméstico durante muchas décadas. Y ya no solo del entretenimiento, sino también el rey de la sala de estar, ocupando un puesto céntrico donde se pueda ver desde los lugares más cómodos, como si tratara de un verdadero altar religioso. Pero los usuarios somos así, y un día de repente apareció Internet en nuestras vidas. Dejamos de ser presos de la tiranía del televisor y descubrimos un mundo de contenidos a la carta: puedo ver lo que quiera cuando quiera, aunque el sofá sea más cómodo que la silla del ordenador.
La industria televisiva quizá ha tardado un poco en plantar cara, pero estamos viendo las reacciones de los fabricantes: Que el televisor sea lo más parecido posible a un ordenador, pero con el añadido de que un sofá es más cómodo que una silla: Televisores inteligentes conectados a Internet, posibilidad de grabación de programas, redes sociales desde el televisor al mismo tiempo que ves un programa, aplicaciones instalables, vídeo llamadas… la parte más casual de Internet llevada al salón de casa, pero con añadidos extra, como el 3D, pantallas enormes o los futuros 4K, la llamada Súper High Definición (Súper HD).
Pero el mundo de Internet y de los ordenadores no se rinde. Es el caso de Youtube y Netflix, que han decidido producir contenido audiovisual propio. El caso de Netflix es admirable. Netflix era una empresa de alquiler de películas que te enviaba los DVD’s a domicilio. Luego pasó a ofrecer las películas online, más tarde también pasó a ofrecer series, y ante su éxito ahora ha decidido producir sus propias series, sin dependencia de una cadena de televisión que las emita. Aquí está la estrategia del ordenador, empezar a ofrecer contenido y entretenimiento (como juegos, música, redes sociales…) convirtiendo una herramienta de trabajo en un auténtico centro multimedia en el que puedes hacer lo inimaginable.
Dicen que las líneas paralelas se juntan en el infinito, y aquí es donde acabará esta batalla: en una sinergia total entre el televisor y el ordenador. Seguramente se acabaran fundiendo en un único aparato. De hecho ya empieza a notarse con la inserción de las redes sociales en el televisor y de aplicaciones de Youtube o
Netflix instalables en los Smart TV.
¿Y tú de qué lado estás en esta batalla…? ¿Dónde prefieres ver los contenidos…?
¿Te han regalado una cámara réflex y no sabes usarla? ¿no consigues tiempo para dar unas clases de fotografía y sacar fotos medianamente buenas? 
